¿Qué es la alimentación complementaria?
La alimentación complementaria es el proceso de ofrecer alimentos sólidos y líquidos al bebé, distintos a la leche materna o de fórmula. Esta, sin embargo, seguirá siendo la fuente principal de nutrición durante los primeros meses.
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Tiene sus funciones y ventajas: aporta nutrientes para favorecer su crecimiento y desarrollo, asienta las bases para desarrollar hábitos saludables correctos en el futuro, estimula el desarrollo emocional y sensorial e integra al bebé en la dieta familiar, con las implicaciones sociales que eso tiene.
¿Quieres aprender a implementar la alimentación complementaria de un modo eficaz para obtener todos estos beneficios? ¿Qué tipo de alimentación complementaria es la que más se ajusta a ti y a tus valores personales? Sigue leyendo porque establecemos un marco de inicio tras la consulta a fuentes como la Asociación Española de Pediatría (AEPD).
¿Cuándo se puede comenzar la alimentación complementaria para un bebé?
Se suele hablar de los seis meses para el inicio de la alimentación complementaria en bebés, ya que antes se recomienda la alimentación en exclusiva con leche materna o, en su defecto, con alguna adaptada. En esta línea se pronuncian organismos como la OMS, ya que introducir alimentos antes, sin que el bebé esté preparado, incrementa el riesgo de infecciones, alergias o sobrepeso, entre otras afecciones.
En cambio, retrasar el inicio de la alimentación complementaria puede acarrear deficiencias nutricionales, por ejemplo de hierro y de zinc, y dificultar que vaya aceptando nuevos sabores y texturas.
Por lo anterior, el inicio a los seis meses se establece como referencia, pero depende del desarrollo del bebé. Observa a tu hijo/a. Si muestra las siguientes señales, sabrás que es el momento:
- Puede sentarse y mantenerse sentado sin ayuda, con buen control de la cabeza y el cuello.
- Puede agarrar objetos con la mano, ya sea con el puño o, un poco más adelante, la pinza.
- Puede tragar comida y no la escupe.
- Muestra interés por los alimentos y, cuando alcanza alguno, tiende a llevárselo a la boca.
El pan es uno de los primeros alimentos que prueba el bebé. Si vas a observando señales, puedes terminar de convencerte proporcionándole un trozo. Seguramente se lo llevará enseguida la boca, lo chupará, lo morderá con encías y paladar y acabará tragándolo. Vigila en todo momento. Si completa el proceso sin problemas, estará listo.
Requisitos para iniciar la alimentación complementaria
Los requisitos indispensables para iniciar la alimentación complementaria en bebés son los expuestos más arriba, pero hay otros que son útiles para que el proceso tenga éxito.
- Ofrece antes el pecho o el biberón, que es su principal fuente de nutrición y la más completa.
- Elige bien el momento del día. Por la mañana y primeras horas de la tarde será cuando estará más receptivo, sin hambre ni sueño.
- Empieza con pequeñas cantidades de un solo alimento, cortado en formato bastón y con la textura adecuada. Sabrás que lo es si consigues deshacerla con tus propios dedos. Cuida también la temperatura.
- No le des alimentos que pueden hacerle daño, por el riesgo de asfixia o de intoxicación: frutos secos, alimentos pequeños enteros (como los garbanzos), alimentos duros, pescados de gran tamaño, mariscos, verduras de hoja verde, algas, miel, bebida de arroz o alimentos ultraprocesados como las salchichas o los zumos. De los mencionados, en muchos de los que sí tienen valor nutricional, basta con variar el formato. Por ejemplo, triturarlos, como los garbanzos.
- No añadas sal ni azúcar y, preferiblemente, tampoco especias. No alteres el sabor de los alimentos y confía en que le gusten en su versión más natural.
Alimentos permitidos para el bebé
Considerando los preceptos anteriores, como no ofrecer alimentos pequeños y redondos, ve introduciendo alimentos variados y que tengan verdadero valor nutricional.
- Leche materna o de fórmula. Es su principal fuente de alimento, al menos, al inicio. Manténla tanto como sea posible.
- Cereales. Aportan mucha energía, aunque mejor si son integrales. Puedes introducirla a partir de los seis meses, pero, para evitar riesgos, mejor en formatos apropiados: papillas, pan, pasta...
- Frutas. Tienen vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, así que son muy recomendables desde los seis meses. Dáselas a trozos tipo bastón o gajo, en compotas o, como alternativa, en zumos naturales sin aditivos.
- Verduras. Muchas de ellas necesitarán cocción para dárselas blanditas, como la zanahoria o el brócoli. Pero son muy nutritivas, así que selecciona las de temporada y dáselas a partir de los seis meses.
- Carnes. Ve adaptando el formato desde el inicio (a los seis meses). Dale carnes magras como pollo o pavo, bien desmenuzada para que pueda tragar bien y no encontrar restos de hueso.
- Pescados. Mejor pescado blanco o azul, como la merluza, la pescadilla, la sardina, el boquerón o la caballa. También desmenuzado para que no escape a tu control ninguna espina, y para facilitarle su manejo y consumo. Puedes empezar a los seis meses.
- Huevos. Puedes ofrecerlo entero desde el principio (yema y clara), ya que tienen proteínas, hierro y vitaminas. Tortillas o huevos cocidos son buena opción, pero ten en cuenta que es un potencial alergénico. Dáselo solo, incrementa la ración durante tres días y observa que no haya reacciones.
- Legumbres. Son fuente de proteínas vegetales, fibras, vitaminas y hierro, pero, por su pequeño formato, son delicadas. Puedes dárselas en purés, hummus o croquetas desde los seis meses, combinadas con otros alimentos.
- Lácteos. Tienen calcio, proteínas y vitaminas, pero no deben sustituir a la fuente principal y hay riesgos de reacción alimentaria, así que dáselos a partir del año. Cuando lo hagas, evita los azúcares añadidos.
- Agua. Ofrécela cuando coma para hidratar. Si no bebe mucho, no te preocupes, la leche materna o de fórmula son suficientes.
¿Cuánto puede comer tu bebé de seis meses?
Uno de los mayores temores de padres y madres que inician la alimentación complementaria en su bebé es que no coman lo suficiente. No te preocupes. La leche materna a demanda, o la de fórmula, proporcionan lo necesario.
Cada vez expertos/as recomiendan confiar en su propia autorregulación. Ofrécele raciones pequeñas de comida y no le insistas para que se la termine. Es muy difícil que puedas establecer la cantidad ideal según peso, estatura, actividad o apetito, así que limítate a observar.
Ten en cuenta, además, que la cantidad en cuanto a peso y volumen variará en función de la densidad energética que tenga el alimento.
Consejos para iniciar la alimentación complementaria
Tras todo lo expuesto, recopilamos algunos consejos útiles para iniciar la alimentación complementaria:
- Respeta su ritmo de desarrollo y fomenta su autonomía. No lo limpies después de cada bocado, ni tampoco la bandeja de la trona.
- Usa elementos útiles al alcance, como las tronas, diseñada para velar por su seguridad y proporcionar un espacio óptimo de aprendizaje. Siéntalo junto a la mesa con los adultos y ve ofreciéndole alimentos en su bandeja.
- Si rechaza un alimento, no lo tomes como algo definitivo. Espera unos días o semanas y vuelve a ofrecérselo, sin presionar. A veces, son necesarias más de 10 invitaciones para que acepte, pero la exposición regular favorece que lo termine aceptando.
- Es el niño el que decide cuánto come, no sus padres. No lo obligues o coacciones, porque puede resultar estresante para ti y para él/ella, e incluso sentar las bases para malas relaciones con la comida el día de mañana.
- Establece una rutina: horarios adecuados con cierta flexibilidad, un menú planificado y un lugar tranquilo, seguro y sin distracciones.
- Procura su bienestar emocional con paciencia, sin enfados ni exigencias. Si ve que la comida es algo para disfrutar en familia, habrás sentado buenas bases para el día de mañana.
El Baby Led Weaning
Se le conoce como BLW, por sus siglas, y es una forma de plantear la alimentación complementaria que ha ido ganando peso entre madres, padres y especialistas. Se caracteriza porque es el bebé el que dirige su propio proceso desde el principio, mientras que los padres se limitan al ofrecimiento de comida segura, variada y saludable, además de la vigilancia. Pero él/ella decide qué como y cuánto.
Si quieres ponerla en práctica, acuérdate de los requisitos. Añadimos, además, que el BLW es apto para niños/as sanos, con un desarrollo psicomotor normal y que se alimenten, principalmente, de leche materna o de fórmula. En otras circunstancias, habría que valorar individualmente.
Y tú, ¿cómo enfocas la alimentación complementaria de tu hijo/a? No hay una única fórmula válida, porque no hay solo un tipo de niño. Pero si te informas y le enseñas con cariño, paciencia y respeto, todo saldrá bien. ¡Estamos seguros!