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Comprar un cojín de lactancia es un buen recurso para que la mamá consiga un plus de comodidad en el momento en el que vaya a amamantar al bebé, aunque también se le puede dar otros usos.
Algunas mamás lo valoran mucho, mientras que otras piensan que no es algo crucial, que se puede pasar por esa etapa sin necesitarlo.
Vamos a analizar algunas de sus ventajas para que puedas descubrir por ti misma su importancia.
Durante la maternidad, especialmente en los primeros meses después de haber tenido a nuestro hijo, es común sentir algunas molestias y dolores en el cuerpo.
Si nos hacemos con un cojín de lactancia barato podemos sentirnos más cómoda, además de prevenir tensiones musculares o malas posturas, lo que convierte a este elemento de puericultura en un accesorio perfecto.
Si el parto ha sido por cesárea, un cojín de lactancia te resultará mucho más práctico de lo que te crees. Y es que te permitirá acercar al bebé sin que se tenga que apoyar en tu vientre.
Si la mamá tiene algún problema en la zona de la espalda, lesiones musculares, o cualquier otro tipo de problema, y no puede forzar su postura, nuevamente los cojines de lactancia le darán la solución que necesitan.
En aquellos casos en dónde se hayan tenido gemelos o mellizos, los cojines de lactancia pueden ser una práctica solución. Existen algunos modelos que han sido diseñados para cubrir esta eventualidad, para colocar a los dos pequeños al pecho al mismo tiempo.
Con un cojín de lactancia podremos colocar al bebé en la posición adecuada, justamente a la altura de la aureola. Esto evitará algunos de los problemas más habituales que se pueden producir por una succión no adecuada.
Por ejemplo, evitará que se produzca dolor o irritación en el pezón, la formación de grietas en esta delicada zona, que el nivel de leche que se haya producido sea bajo, entre otros problemas de importancia.
Los únicos inconvenientes de comprar un cojín de lactancia se relacionan con elegir un modelo inadecuado, aquel que pueda resultar demasiado alto y que el bebé se sitúe incorrectamente frente al pecho.
Lo primero que deberíamos hacer es investigar las zonas en la que sentimos más presión. Dependiendo de nuestro caso, es posible que sintamos tensiones en diferentes articulaciones (cómo en la zona de la columna, o de la cadera). Hay algunos modelos que son más especiales que otros, aptos para un área en especial. Identificando lo que nos pasa, será más fácil elegir un modelo que lo corrija.
Podemos encontrar cojines de lactancia confeccionados en diferentes materiales. Uno de los más recomendados es la espuma viscoelástica, con la particularidad de que se adaptará a la perfección al contorno del cuerpo. También existen modelos en forma de almohada (más pequeñas), que pueden ayudarnos con los problemas de espalda o de cadera, algunos tienen forma de cuña.
Elige siempre cojines de calidad, que hayan sido fabricados por buenas marcas. También analiza el precio, eligiendo uno que se ajuste a tu presupuesto, pero sin sacrificar en calidad ni por un momento.
Y así podrás comprar un buen cojín de lactancia.