¿Se puede usar ruido blanco para dormir a un bebé?
El sueño de los bebés es uno de los retos que mayores esfuerzos reclaman a mamás y papás, especialmente, durante los primeros meses de vida. Cuando se intuyen noches cortas con poco descanso, ¿quién no querría tener a la mano alguna herramienta efectiva para asegurar un sueño reparador del bebé y los adultos?
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Ante tal desafío, es frecuente que surjan técnicas y trucos que, de repente, se vuelven populares. Seguro que has oído hablar del ruido blanco para bebés, pero, ¿es verdaderamente útil? ¡Te lo contamos todo!
¿Qué es el ruido blanco?
El ruido blanco es un sonido continuo, uniforme y de baja frecuencia, como el de la lluvia en un cristal o el de un refrigerador, que emite un zumbido bajo. Presenta una intensidad homogénea en todas las frecuencias audibles, igual que la luz blanca posee los colores del espectro visible.
Una de las razones por las que se ha dado crédito a que ruido blanco y bebé es buena combinación es que se considera un sonido reconfortante para ellos. Los latidos o el flujo de la sangre en el vientre materno creaban un ambiente de ruido constante que, presuntamente, puede invitar a los bebés a la relajación. Sin embargo, se necesitaría más investigación científica para poder afirmarlo.
La razón por la que funciona puede ser más sencilla: el ruido blanco puede hacer que otros sonidos del entorno queden mitigados, como una voz o una puerta que se abre, y no despierten al bebé.
¿Cómo utilizar el ruido blanco para dormir a tu bebé?
Si se trata de un método que no es dañino ni invasivo para el bebé, ¿por qué no probarlo? Es aquí cuando se plantea el primer reto: usar el ruido blanco para dormir a los bebés con todas las precauciones.
- Usa un dispositivo adecuado para reproducirlo. Hay máquinas especiales para reproducir sonidos para bebés. Tanto si vas a utilizar una de estas como si es otro dispositivo, colócalo fuera del alcance del bebé. Elimina cualquier riesgo de que puedan desprenderse cables u otras piezas.
- Reproduce el sonido a un volumen bajo. La Academia Americana de Pediatría (AAP) y el Comité de Salud Ambiental recomiendan un nivel medio máximo de 45 decibelios (dB) durante el día, y 35 dB durante la noche (puedes comprobarlo en estudios como este).
- No abuses de la práctica. Úsalo solo en momentos concretos para no crear dependencia.
- Elige bien el sonido. Si tienes que emplearlo en varias ocasiones, sabrás qué sonido es más efectivo. Dentro de los requisitos de características y volumen, hay bebés que prefieren sonidos más apacibles, como el del viento moviendo las hojas; y otros duermen mejor con algunos más intensos, como el de la lluvia.
¿Cuáles son los riesgos de utilizar el ruido blanco en bebés?
La dependencia es uno de los principales temores al recurrir al sonido blanco para bebés de manera continuada. Si necesita este ruido para dormir, podría costarle conciliar el sueño incluso en entornos silenciosos en los no sería necesario usarlo. Por eso se aconseja que uso sea ocasional y no forme parte de las técnicas habituales para dormir al bebé.
El volumen de los sonidos también preocupa a los especialistas, porque un ruido alto durante un tiempo prolongado supone riesgos. De hecho, la Asociación Española de Pediatría (AEPED) aconseja a las familias que sigan una regla con niños mayores: 45 minutos de música y 15 minutos de descanso.
El ruido blanco para bebés con moderación
Cualquier cosa que parezca inocua puede ser perjudicial si se abusa, así que lo mejor es usar ruidos blancos con bebés como solución puntual. De hecho, padres y madres pronto descubren que, en muchas estrategias de crianza, prima el factor de la moderación.
Eso no quiere decir que los ruidos blancos para bebés sean malos, solo que conviene usar también otras estrategias para inducir al bebé a un sueño plácido y que vaya adquiriendo el hábito. Para ello, es útil poner en marcha consejos prácticos que ayuden a que el bebé vaya entendiendo que la noche es para dormir.
La AEPED recomienda tener una rutina relajante antes de dormir, por ejemplo, encadenar baño, masaje y nana hasta que se duerma. Además, lo ideal es dejarlo en la cuna despierto, pero somnoliento, para que aprenda poco a poco a dormirse solo. Es mejor no despertarlo para comer, salvo que el pediatra indique lo contrario. Si toma leche en mitad de la noche, conviene que permanezca despierto mientras lo hace, para que pueda asociar comida con vigilia.
En definitiva, el ruido blanco para dormir al bebé puede ser útil de forma ocasional y bien usado, con las condiciones adecuadas, un dispositivo seguro que no pueda alcanzar y el volumen justo. Si lo usas, observa al bebé. Si parece inquieto o molesto, prueba otros métodos. En caso de duda, consulta siempre al pediatra.
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